DÍA 18 BARILOCHE – CERRO CAMPANARIO

Ocho de la tarde, tras ver las noticias de los entrenamientos de F1 empezamos a escribir el resumen de un día muy tranquilo.
Ayer dejamos el tema del asado a medias, merece mucho la pena. Te sacan platos, vasos, ensalada y pan. El asado consiste en: bife de chorizo, chorizo, morcilla y entrañas. Te pones como el “Kiko” y no nos lo hemos terminado. Por 40 ars. cada uno merece la pena. Nos hemos sentado en una mesa en la que estamos: dos ingleses, un americano, un sudafricano, una suiza y una australiana, suena a chiste, pero es verdad. Nos ha costado empezar a charlar y el tema de la comida parecía lo de “mari… el último”, te ponen la carne en una fuente en el medio de la mesa, pero un litro de cerveza ayuda a relajarte y hacer amigos, jejeje. Para los que estáis pensando en cuantos países y cuantas casas donde dormir, todavía no hemos tramitado esos expedientes. En esta ocasión está siendo como una relación, todavía estamos despidiéndonos en el portal, lo de subir a casa queda un poco lejos, aunque tenemos otro día. No prometemos nada.
El desayuno al contrario que en ocasiones pasadas está muy bueno, y es muy generoso. Este momento del día ha sido de disfrutar y levantarnos con una tranquilidad inusual. Compartíamos mesa con unos argentinos majísimos y nos hemos puesto a hablar, hora y media de conversación da para mucho aunque el resumen sería fácil, un poco de todo.
Empezamos a debatir que hacer y encontramos definitivamente que hay dos opciones: nada y nada de nada. Elegimos la primera ya que la segunda nos parece un abuso. Salimos del hostel y tomamos dirección al centro. Paseo muy tranquilo, una velocidad aproximada de 1 km/h, y con paradas por el cansancio, hay ciertas velocidades que cuesta mantener. Pasamos a visitar el paseo de los artesanos, no hay diferencia con los que ya vemos en otros sitios.
El día no es como los anteriores, sopla muchísimo aire, y de nuestra intención de bajar al lago a ver las olas y tocar un poco el agua, queda en caminar hacia atrás por el viento que sopla y la arena que arrastra, finalmente nos vamos del sitio porque no se puede estar.
Elegimos para pasear el centro de nuevo, aquí las calles protegen y no es tan incómodo. Mantenemos la velocidad crucero hasta llegar a un restaurante cafetería, parada de repostaje, comprended que estas velocidades generan un desgaste enorme. Vemos una colisión entre un turismo y un taxi, desde luego aquí se lo toman de otra manera, al menos los que tenemos delante, no hay gritos, ni insultos, se hacen los papeles y marcha.
Después volvemos al hostel para preparar algo de comida, nos encontramos a los argentinos que ya van hacia el aeropuerto. Curiosamente les sobra comida que han preparado y nos la dan, nosotros ponemos el segundo plato y otra tarea hecha.
Como decíamos antes no podíamos dejarnos llevar por el “nada de nada” y volvemos a salir para subir al autobús nº 20 que tiene parada frente al camino que sube a Cerro Campanario. Son 6 ars. cada uno, y conviene llevar billetes pequeños. En cuanto llegamos buscamos el camino. En la salida hay un telesilla que por el módico precio de 30 ars. ida y vuelta te suben. Nosotros optamos por la caminata, es muy fácil y a la media hora hemos llegado al mirador. Las vistas dice la guía que son las séptimas mejores del mundo, nosotros no sabemos ni quien, ni como hace el ranking, pero son una pasada. Merece la pena y creo que todos los que vengáis deberíais establecer esta ruta como obligatoria, es muy sencilla y en un par de horas se hace.
Después de disfrutar una “brisa” que me despeina hasta a mí, empezamos a bajar. Comentar que hay varios miradores y en todos tienes carteles que te explican lo que estás viendo. Al llegar abajo empieza a amenazar lo que veíamos arriba, lluvia. Finalmente queda en un amago, el autobús llega y todos arriba de vuelta.
Con todo esto duchita y a cenar que volveremos al “Bolinche de Alberto”, pero en esta ocasión al de pasta. En este apartado de Bolinches decir que hemos visto varias parrillas con este nombre repartidas en varios puntos.
Finalizada la cena añadir que ha sido un escándalo, hemos pedido un par de lasañas y eso es enorme no nos las hemos podido terminar, y encima muy buenas. Son sencillamente enormes, muy recomendable.
Con este resumen de un día muy especial nos vamos a la cama, muchos besos y abrazos según corresponda.
ULTREIA!!!!!